jueves, 2 de julio de 2020

QUE LOS PÁJAROS NO DEJEN DE CANTAR

 Lo veo, no es un sueño, estoy echada sobre las piedras de mis aposentos, ¿quien me ve? una colina florece de la punta de mis pies, ¿quien me ve?, esos miles de espantapájaros me ven, con sus caras estáticas de miedo, me veo; intercambiamos sonrisas, son la una y cuarenta y siete de la mañana y el mundo no está callado, escuchamos sus susurros, no me asustan. Me cuentan que quieren ser pájaros, por eso los invitan a posar sobre las ramas marchitas de sus hombros, todos los días, mientras las conciencias más efímeras de la realidad les tiran piedras, lo sé, siempre oí romperse los cristales más profundo de su pequeño corazón hecho de tomatillos, eran suaves y tristes melodías, pobre de ti, pequeño espantapájaros - ¡No sirves como espantapájaros! ¿Por que cantas con ellos? eres un espantapájaros, no un pájaro- suelo escucharles, pero eres tan silencioso en la calle, bajo el tren, sobre el pasto y te enamoras de ese tiempo que nos cubre, y ahora me invitas a soñar contigo, pero no es un sueño, te veo, te veo cantando y los pájaros revolotean, no quieren irse de ti, yo tampoco, les digo que no se vayan - !No quiero morir! - esta noches como todas nos abandona, pero no importa, vendrán otras más, vendrán lluvias, vendrán los vientos amenazantes sobre los cristales, entonces protegeremos las copas, y brindaremos de nuevo, y nos beberemos los buenos recuerdos, ¡Ay, corazón de tomatillo! ahora lo recuerdo, te dijeron ¡serias un buen espantapájaros! y luego lo gritaban a los pasajeros y a los transeúntes, y de nuevo te quedaste callado entre el sonido de claxon, y te enamoraste de esa soledad que ofrece el trafico en la vía expresa; corrías tras esos pájaros queriendo volar con ellos, pero ellos siempre se iban, sin ti; luego empezaste a imitar sus cantos, pero eras tan ininteligible para ellos, pero te veían, en ese entonces no lo sabías, pero te veían, luego volvió la lluvia, luego la mariposas se posan en tus dedos, !Qué peludas¡ pero !Que belleza! y se fueron volando sin ti, una vez más sin ti, !Que buen espanta-mariposas que eres! y se reían de ti, pero tu no lo sabías !Y que!, ya da igual, que ahora suenan en tu cabeza y recién lo entiendas, pero esta noche se va y el vino no llega desde hace mucho, entonces eso no importa, podemos conversar y reírnos, fingir que estamos borrachos, fingir que no escuchamos en mundo hasta que se quede mudo, yo traigo los panecillos, diles a los pájaros que nos acompañen, y que se despreocupen, que hoy solo queremos escucharlos, que ya es hora de dormir, desde mañana dejaré debajo de la cama las piedras, para que nadie pueda encontrarlas y te invitare a charlar de nuevo, te veo, siempre te veo. Que ya es hora de cubrirse los ojos, de cubrirse las caras. pero no te preocupes las piedras ya están debajo de la cama, lo anotare, no volveré a olvidarlo, ¿que no sabes beber vino? no te preocupes, yo tampoco, varias veces me he ahogado, fue gracioso, mientras ese océano me echo una y otra vez sobre la arena, a lo mejor fue porque intente nadar, ¡Pero no se nadar!, nadie me lo dijo. No apaguemos de nuevo las velas, dejemos que se consuman, dejemos que brille aunque nadie las vea, mientras llevemos los ojos cubiertos, la cara cubierta, su pequeño calor nos tomará de la mano y nos invitara a cenar estos panecillos secos que siempre llevo en los bolsillos, otra noche, quizás mañana, diles a los pájaros que ya no les tiraran piedras, que cuando llegue la lluvia les cubriré.

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