lunes, 15 de julio de 2019

CHOCOLATE CALIENTE


Mi mayor virtud, observar la vida pasar
ver la brisa caer, ver sobrevolar anhelos
soñar que existo por momentos,
delante de esos miles de ojos negros y cansados
cuando me los pongo, también puedo verlos.

Puedo pensar que existen también en mi mundo
se confunden en el tráfico, me voy desorientando
puedo creer que puedo y me lanzo al vacío,
de hecho, no sé nadar.

He escrito un par de versos de casualidad,
voy dedicando minutos a construir una muerte que viene sola,
demasiado mundana ¿pretenderle a la eternidad?
me ven con ojos míseros hasta lo haraposo de mi alma,
desde lo alto de los pasadizos donde creyó verme pasar.

He olvidado cuando he nacido, desnuda
solo sentí frío, solo recuerdo el frío
queriendo que no me suelten,
los sueños de caer del vuelvo
desde entonces no se han ido.

Los cristales chispean, refundida den miles de páginas
le digo amigo al gato lleno de sarnas, se va indiferente
está muy viejo para creer en las mentiras de las calles,
pertenezco a las calles, de hecho me aterran,
no evito contemplar la belleza de su melancolía.
Donde hubo humanos, hay pedazos de lo que soy.

La anatomía de mi inteligencia, pausada, con latencia
negligentemente al mando,
si me dices como no caer, me dirigiré directo al abarranco
si te digo como como volar, tan decepcionante
como el simple hecho de cerrar los ojos.

Te envió muchas de mis flores marchitas
antes que se diluyan al tiempo;
no entiendo la configuración de esta realidad,
la mayoría de veces te veo lejos,
sin embargo
puedo tocarte.

Vamos, puedo animarme a salir a correr
puedo olvidarme que estoy dolida
la mayoría de veces ando cansada de la vida
tal vez hoy solo quiero contemplar el no tiempo,
y esconderme en lo perpetuo de lo pasajero,
quiero saber que no te iras.

Te haré pensar en primavera,
te pensare pensándome
pensando no abandonar este día,
me echare al abandono
sobre las migajas de sol y la fragancia a flores
por hoy, prometo no olvidar
prefiero no pensarte olvidándome
olvidar que te pensé abandonándome
para empezar a saber que estaré olvidándote
por hoy, no.

No puedo regalarte la vida,
mis días son fugaces, poco cruciales
como cerrillas que regalan el chispazo de calor,
un chispazo determinado al olvido,
que puede dejar el aroma a chocolate caliente,
en invierno.

¿Se te antoja una taza de chocolate caliente?